PRESENTACIÓN

Queridos amigos y hermanos, este blog tiene por finalidad compartir con ustedes herramientas e ideas sobre comunicación para las comunidades...

sábado, 1 de agosto de 2015

EL SALIR NOS HACE FUERTES, NOS HACE CRECER

Querido hermano, querida hermana: ¡que alegría encontrarte otra vez en esta columna! Es un honor para mí, seguir compartiendo estas que yo imagino como charlas con vos, mate de por medio, para pensar entre todos la mejor forma de comunicarnos en la comunidad, y desde y hacia ella, para seguir avanzando en lo que el Papa Francisco llamó “una Iglesia en Salida” .

Y caminar hacia una Iglesia en salida, después de haber pasado un tiempo tratando de “cuidar el rebaño” -ocupado tambièn en la importante tarea de custodiar la Fe de nuestro pueblo ya creyente, y continuar con la importante labor apostólica, claro está- implica, como ya debes suponer, el comenzar a aceptar algunos cambios dentro de la misma comunidad, pero sobre todo, en el trato hacia los demàs hermanos que aún no se han acercado a la misma.

Todo cambio, implica el dejar de lado las formas y las metodologìas que se venìan aplicando desde hace mucho tiempo, y que ya estaban arraigadas en la comunidad desde -quizà- antes de nuestra llegada a la misma; así que el simple hecho de plantearse iniciar un recorrido diferente, seguramente serà fuente de ciertas controversias que, si bien no deberìan tener un enraizamiento moral o doctrinario, pueden agudizarse a tal punto que podrìan originar posiciones muy encontradas y rivales.

Si intentàramos comprender en profundidad las raìces de las resistencias internas en el seno de la comunidad, con el ànimo de poder asimilarlas con benevolencia y procesarlas de la mejor manera para que no solo nadie salga herido, sino que se produzca tambièn una transformación en el seno de la misma, a la que podrìamos definir con un concepto parecido al de una “conversiòn comunitaria”; veríamos que son mùltiples los factores que pueden desencadenarlas: desde el miedo a perder lo “adquirido” -un rol en la comunidad, una función que ya hace tiempo llevo adelante y que entiendo que serìa muy difícil que otro pudiera suplir -; la adversiòn a lo “desconocido” - por la sencilla razón que esto nos coloca en una situaciòn de inferioridad, frente a lo que percibimos, desde nuestra psicologìa personal, como algo inmensamente superior y oscuro; aunque la mayorìa de las veces esto sea un campo fèrtil esperando solo la siembra y el cuidado para que florezca por doquier muchas muestras de solidaridad, esperanza... ¡Y Fe!; o porque simplemente el cambio, implica afrontarlo invirtiendo en él, una determinada cantidad de “energìa apostòlica” que muchas veces preferimos preservar para futuras iniciativas... que suelen consistir en repetición de eventos ya realizados en el pasado.

Más allà de las raìces que originen estas resistencias; te recordarè que las mismas pueden materializarse en diferentes tipos de actitudes (boicoteo de actividades; falta de compromiso con la nueva tarea o rol asignada en la comunidad; proliferaciòn de excusas para la realizaciòn de actividades en común con otros miembros, instituciones o movimientos; o hasta la peor de las acciones: el hablar a espaldas de los otros dirigentes de la comunidad, criticando sus iniciativas sin plantearlo fraternalmente en el seno de la misma, sino generando hacia terceros, la desconfianza y la duda, para poder fortalecer las viejas tradiciones de vida comunitaria -las cuales no son en esencia malas, pero necesitan convertirse y redimirse a la luz de los nuevos desafìos que plantea el Sentir con la Iglesia- sin dar lugar siquiera, a plantear nuevas ideas que permitan renovar las estructuras caducas  dar nueva vida a la comunidad.

Si vez que algunas de estas actitudes se viven dentro de tu comunidad, ràpidamente te aliento a que pongas todo en las manos de Dios, que reflexiones profundamente sobre cuáles pueden ser las causas de estas resistencias, e intentes abordarlas con sabiduría, pero sobre todo con amor.  Y que, ya que estamos, no te pierdas esta misma columna del pròximo mes; donde juntos vamos a redescubrir los argumentos que nos ayuden a seguir avanzando hacia la Iglesia en salida, en la que reflexionaremos que El salir nos hace fuertes, nos hace crecer.

Te envìo un fuerte abrazo en Cristo ¡Hasta el mes de Septiembre! Dios nos bendiga.
Daniel.