PRESENTACIÓN

Queridos amigos y hermanos, este blog tiene por finalidad compartir con ustedes herramientas e ideas sobre comunicación para las comunidades...

domingo, 1 de noviembre de 2015

¿Y si salimos y no hay nadie? Los riesgos y los tiempos.

Queridos hermanos, ¡que bueno es seguir compartiendo esta columna con ustedes!
Este mes, y el mes próximo, quería invitarlos a analizar las dos posibilidades que se pueden dar, una vez que decidimos, teniendo en cuenta todo lo que vinimos pensando juntos desde principios de año, optar por vivir una Iglesia en salida, tal como nos propone el Santo Padre Francisco.

La primer posibilidad, de la que trataremos este mes, es que al salir al encuentro de nuestros hermanos, la respuesta que hallemos no sea la que esperamos: que nuestros interlocutores tengan un espíritu tan cerrado que no admita el diálogo; que no encontremos a ningún interlocutor con el que dialogar, o que más allá de la apertura mutua, no se puede llegar a ningún acuerdo ni en cuanto a los valores, ni en cuanto a los objetivos, ni en cuanto a la metodología que cada uno lleva adelante para alcanzarlos, o que guían su accionar.

En el primer caso, debemos dar por sentado que, nuestro accionar -si ha sido sincero y ha estado guiado por el espíritu de humildad y templanza- ha sido el correcto, y corresponderá, luego de agotadas todas las instancias de intentar entablar un diálogo y acción concretas, poner en oración a aquellos a los que soñamos nuestros interlocutores, y que en este momento que nos regala la Divina Providencia, no podemos dialogar.

Si llegara  a existir el caso en el que  no encontremos a ningún interlocutor con el que dialogar, cosa que veo muy difícil y hasta imposible, deberá asumirse, desde la comunidad, afrontar la necesidad urgente e imprescindible, de iniciar el camino de “Conversión Pastoral”, que el Santo Padre, a través de la Exhortación Apostólica Evangelii Gaudium , propone como requisito para vivir la plenitud de la apertura eclesial. Esta conversión pastoral, requerirá sincerar cuestiones muy importantes y sensibles de la vida de la misma comunidad; como la estructura de poder y organización de la misma, sistematización de la toma de decisiones y grado de horizontalidad en la elaboración de los objetivos pastorales; espiritualidad de los agentes de pastoral, usos y costumbres de los hermanos que integran la comunidad, y la necesidad de reconocer la riqueza de talentos con la que Dios ha querido embellecer la vida de esta parroquia, capilla, institución o movimiento.

En el último caso, en el que no se puede llegar a ningún acuerdo ni en cuanto a los valores, ni en cuanto a los objetivos, ni en cuanto a la metodología que cada uno lleva adelante con nuestro interlocutor, te puedo asegurar que, ¡no tienen nada de que preocuparse! A veces, la Providencia nos hace recorrer caminos que, si bien parecen ineficaces desde nuestra visión humana, si aprendemos a abandonarnos en los tiempos de Dios, seguramente el provecho que obtendremos, a mediano y/o largo plazo , será enorme ¡Solo tenemos que recuperar la capacidad de asombro de cuando éramos niños!
Retomando el primer párrafo segunda posibilidad, de la que hablaremos en la columna de Diciembre, es que nuestra apertura hacia los hermanos, no sólo alcance el resultado esperado, sino que también se nos invite a dar un paso más en el crecimiento de nuestra fe.  

Queridos amigos,que tengan un excelente mes, bendecido por Dios.

Mientras te pido que reces por mí, te envío un gran abrazo en Cristo.

Daniel.